Aquel día a falta de otro lugar libre ocupé uno de los asientos destinados a personas con alguna limitación física, embarazadas o con niños en brazos. No son asientos reservados para estas personas, pero si preferenciales por lo que lo correcto es ceder el asiento si alguna de las personas mencionadas aborda el tren. Así que sabía a lo que me exponía ... pero me pregunto, ¿por qué existen asientos preferenciales en una sociedad que se dice está caracterizada por su extrema cortesía?
En la siguiente estación luego de haber abordado el tren - es decir, apenas transcurridos cinco minutos - sube una señorita que descontando lo malo que soy para calcular edades no podía pasar de los 25 años y se para justo frente a mi. No la veía con muletas, no andaba enyesada, no niños en brazos, no ropa de maternidad o vientre que sugiriera gravidez así que tranquilo con mi conciencia decidí que seguiría cómodamente sentado ...
Cinco minutos más en el tren y de pronto me pareció divisar una pequeña panza de aquellas que parecen sugerir o gravidez o gordura degraciadamente el saco que ella llevaba no me permitía apreciarla bien. Mi conciencia empezó a recordarme el tipo de asiento en el que me encontraba cómodamente sentado pero a falta de seguridad sobre su estado de gravidez espero se entienda lo confuso y descortés que podría ser esta situación como por ejemplo en:
- Por favor, tome asiento.
- Gracias, pero no es necesario.
- Oh, es por su estado de gravidez.
- ¿Perdón?
- Si, es por lo abultado de su .... oh .... lo lamento ...
En fin, era como analizar todas las variantes de una apertura jugando P4TD y saber que no llevas las de ganar por ningún lado ( los aficionados a los escaques entenderán la analogía) así que lo más seguro era permanecer sentado ... quizá se bajaría en la siguiente estación y asunto terminado.
Pero lo que ocurrió fue que en el camino a la siguiente estación pude ver claramente que sí estabamos hablando de gravidez y es algo que no puedo explicar pero probablemente entiendan que hay momentos en los que es claramente distinguible la diferencia entre gravidez y grasa.
Hice lo que tenía que hacer y me paré de inmediato , ella solo atinó a una breve reverencia y yo diciéndole a mi conciencia que ya podía dejar de molestarme. Al margen de esto, no me dije que hacían las otras dos personas que estaban sentadas a mi costados pero imagino que dormir o hacerse los dormidos dependiendo del sueño y de lo que les convenga. Yo por mi parte hice todo el viaje de pie ...
Me sentí como un boy scout luego de haber hecho eso porque ella se bajó también en Shibuya así que mi obra buena del día fue el haber evitado que una persona en su estado viaje más de una hora en pie considerando que en los treinta últimos minutos antes de esta estación el tren va abarrotado de personas.
Pero al final de cuentas, eso no fue nada distinto de lo que seguramente hemos hecho todos en un micro limeño con mayor frecuencia de lo que hace un japonés. Lo que me molestó es haber visto en el mismo viaje subir a una señora con un bebe en un brazo y en el otro el coche para el bebe y que nadie le haya ofrecido un asiento (por suerte se bajó en la siguiente estación) así como también a un muchacho con la pierna enyesada y con muletas que se paró frente a los asientos preferenciales y quienes estaban allí sentados no tuvieran el mínimo de consideración por su situación.
Saliendo de la estación de Shibuya tenía que correr a tomar el subterraneo que por suerte estaba casi vacío y pude sentarme a descansar un poco . Frente a mi una señora en estado de gravidez sentada cómodamente porque en su hilera de ocho asientos solo estaba ella con la mirada apacible que uno espera debería tener toda futura madre.
Algo extraño ocurre en los trenes japoneses donde los ciudadanos de este archipiélago pierden las buenas maneras. Extraño y contagioso porque poco a poco uno ve como estos comportamientos se propagan hacia toda su sociedad ... son tan distintos y al mismo tiempo buscan parecerse tanto a occidente ... globalización le dicen algunos ...
Nota: La imagen que acompaña este artículo fue tomada de Geckopelli
No he viajado tanto en trenes y buses aquí en Japón como en Lima, pero sí te diré que cuando estuve en Tokio el cambio fue radical!... la gente es menos amable, nadie se disculpa si te golpea de casualidad, todos están apurados, ¿cosas de ciudades grandes? Para mí fue un shock, no parecía el Japón tan amable que conocí en la pequeña ciudad de 600, 000 habitantes en la que vivía en ese momento.
ReplyDeleteAcá en Kioto, la gente no es taaan amable como en esa pequeña ciudad, pero tampoco los siento tan fríos, hoscos ni poco amables como en Tokio. Pero he llegado a pensar que si bien los japoneses son amables por cultura, no tanto por naturaleza espontánea. Es decir, si les pido ayuda me la dan, pero si no la pido quizá nadie me preste ayuda.
Mi amiga y su bebé de 7 meses en ese entonces, estaban por tomar el ascensor en un centro comercial al que fue a hacer algunas compras. Se abre la puerta y ella empuja el cochecito en el que llevaba a su hijo, pero se voltea por sus compras mientras que el cochecito ya estaba dentro del ascensor. En ese momento las puertas del ascensor se cierran y cuando ella se voltea sólo ve al ascensor que se iba! Habiendo gente dentro del ascensor NADIE lo detuvo y mi amiga tuvo que perseguir al asensor en busca de su hijo... Ella es japonesa y me dice que en la calle nadie le ayuda con el cochecito, ni le detienen el ascensor...
Nada es perfecto.
Creo que ese "shock" es el fruto de estar tanto tiempo en Japón. Quiero decir, comparado a Lima la gente es MUCHO más amable aquí. Tanto, que estas "fallas" de cortesía ya nos parecen importantes...
ReplyDelete¿Será por eso que quienes tienen más de diez años aquí y regresan al Perú, se devuelven inmediatemente a estas islas? Parece que no soportan regresar a nuestra bárbara cultura...
Hola. Llegué desde el blog de Giancarlo. Por allá frío y por acá casi estamos a las puertas del verano. Ya se puede ir a la playa. Allá minifaldas, aquì mini y largas faldas también, paradójico.
ReplyDeleteInteresantes intantaneas de un día en la vida de un residente en una urbe tecnológica como Tokio.
ReplyDeleteAquí tampoco es tan diferente, he visto madres solas intentando levantar el coche de los bebes -en algunos casos parecen vehiculos no aptos para la vía pública por su tamaño - para subir o bajar las escaleras que llevan al metro(subway) la gente continua su camino esperando que el siguiente ayude eso supongo :(
Y es que ceder el asiento ya no se estila, personas que se hacen las despistadas o de verdad lo estan para ponerse de pie cuando llega alguien que es el destinatario del mensaje ... ceda esta comodidad ...
Estando en Lima hace unos cuantos años, se desarrollo un plan creo que de la municipalidad donde repartia pegatinas con estos simbolos para ser pegados en el transporte urbaño porque se estaban olvidando la cortesia y respeto.